Cambio de gabinete
por Kevin Harrington-Shelton
Uno de los misterios más sibilinos en el Palacio de las Tortugas es por qué aún no se ha dado un cambio de gabinete. No porque el presidente Juan Carlos Varela lo disponga, sino porque los ministros serios (que sí empujan la carreta rumbo al desarrollo del país) no rehusen a continuar cargando con los ministros politiqueros (para quienes el gobernar es un cheque cada quincena). Ya el ministro Jorge Arango Arias provocó lo correcto, cuando el nepotismo del Instituto de Mercadeo Agropecuario. Los ministros serios saben que hoy la cosa no anda por buen camino, mientras que a los otros (incluido el mandatario) no les importa ni el robo, “con tal que sea legal”.
Pero esta semana surgieron indicios que esto podría cambiar. En negación de encuestas públicas que desde hace meses reflejan que el panameño no comulga con su caer en la tentación de “espíritus animales” (al decir de Lord Keynes), que descuida la ralentización que la economía global imprime sobre la nuestra local, el Palacio opta por darle a la sinhueso, sea con silencios mediaticos, espectáculos judiciales o anunciando proyectos faraónicos con costosísimas campañas publicitarias. Distrayendo de la raíz del problema que –por decisión del propio Varela– no se ejecuta política alguna de contención del gasto, pero sí se “ahorra” la mitad del Presupuesto de Inversiones (fulcro de la economía local). Porque saben esto, es que los diputados suplentes no tienen recato alguno en exigir un aumento de $3 mil para llegar a $6 mil. Y por eso es que la única contención del gasto públicamente anunciada por su impacto demagógico –la racionalización del gasto consular– ha desaparecido totalmente de los medios.
Esta semana pareciera indiciarse un cambio. Ejemplo. Luego de críticas poco-veladas de quien bien podría sucederle en la cartera de Obras Públicas, se da la ausencia del ministro Ramón Arosemena en la apertura del tramo final del Corredor Norte -curiosamente- el único ministro que ha hecho traslados de partida de planillas, hacia Inversiones — pecado mortal en el insaciable gobierno Panameñista/Popular. Conocí del área mientras fungí como administrador judicial de PYCSA Panamá, S.A. en su litigio con el Parque Natural Metropolitano, y luce poco probable que dicho profesional en materia vial habría aprobado tal “apertura parcial” sin los debidos controles de calidad de peralte, drenajes y rodavía, alguna interconexión funcional hacia Brisas del Golf/Domingo Díaz/Villalobos, y la iluminación indispensable en una carretera por peajes por esos parajes remotos. Aparte de, contrario al cuento de la propaganda oficial, esta medida politiquera sólo resuelve el problema –por sólo 30 días– para la pequeña élite de personas que tuvieran tanto carro, como PANAPASS. Todo esto sólo para “resolver” un problema que el propio Varela creó, al variar del esquema multimodal del gobierno Martinelli –de movilización masiva desde la 24 hacia la Línea 1 del tren ligero en San Isidro via METROBUS– en vez de crear un nuevo y costoso caos en la vía Domingo Díaz durante 5 largos años….
Pero perdura el problema de raíz.
El actual Presidente no reparó en la visita del Director del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss Kahn mientras fue vicepresidente del gobierno Martinelli, quien advirtió mediante remitido público contra el peligro de recalentar nuestra economía sui generis con desproporcionadas inversiones públicas. El optar –inteligentemente– por no tener papel moneda de curso legal forzoso nos obliga a un especial cuidado de las finanzas públicas, para no caer en esa tentación. Nuestra historia económica consiste en sucesivas altas y bajas económicas (Rufino Cuervo y Barreto, 1840: “Quien quiera ver a Panamá que venga, que se acaba” ).
Por las tempestades que hemos de cosechar durante el último trimestre del año –cuando merman las entradas oficiales y aumentan los egresos en razón del Décimo Tercer Mes– no puede culparse solamente “al gobierno anterior”. El gobierno del presidente Varela también ha sembrado estos vientos. Usando como ejemplo el financiamiento de la “descentralización” . El re-avaluo express que la financiarla nace en “la reforma sacaplata”, diseñada por el ingeniero Alberto Vallarino como ministro de Economía y Finanzas y firmada por el hermano del Presidente Varela como presidente del Órgano Legislativa. Cuando el público pegó el grito al cielo, este mecanismo se “suspendió” –no se derogó– para resucitar luego, embozalado en la “descentralización”. Esto se da, porque el esquema financiero del gobierno Varela es simplemente continuación del de Martinelli, solo que aumentando en $250 millones más los gastos de funcionamiento. Lo demás sigue igual: viajes y regalos papales, propaganda excesiva, el PAN, ley de contrataciones públicas, etc. No debiera sorprender cuando, para cuadrar a machetazos nuestras finanzas públicas, al igual que entonces pasó bajo Martinelli, próximamente también se aumente el ITBMS por otros “sólo dos puntos”.