Don Juan Carlos Varela simplemente no da la talla para administrar un país — ¿o habrá alguna otra razón?
Después de los pavos
por Kevin Harrington-Shelton
¡OTRA chambonada más!
El mundo que nos mira escasamente sale de su asombro de el ridículo cuando, finalizado un mes de postergar la entrada en funcionamiento del último tramo del Corredor Norte, el presidente Juan Carlos Varela suspende INDEFINIDAMENTE el cobro que debió entrar en vigor ayer –para AHORA efectuar consultas con los usuarios.
Especialmente tratándose de moradores de las áreas menos privilegiadas de los suburbios cuyos presupuestos familiares materialmente no les permitirían pagar el peaje más caro de todo el país, por aquel tramo. Esto ya era patente hace 10 años cuando cuando fungí –gratis– como Administrador Judicial de PYCSA Panamá SA.
El problema creado por incompetencia tiene solución. Reducir a la mitad el peaje (para incentivar el uso de los corredores, como manera de economizar en la factura petrolera del país) y extender el plazo de los bonos hacia futuro. Los bonohabientes estarían muy de acuerdo.
Esto resulta fácil entender porque, entre las prioridades del mandatario, la tasa de intereses leonina (en relación al riesgo de bonos garantizados implícitamente garantizados por el Estado y que se liquida a diario y en efectivo mediante el cobro de los peajes), el presidente de manera consistente prioriza el interés de los donantes a su campaña –por encima de nuestro bien-común. Al punto que (en 2009) el entonces Vicepresidente Varela aprobó un financiamiento similar– regalándole a ICA $240 millones más y en efectivo– más de lo que valía nuestro Corredor Sur. Justo en el momento en que enfrentaba un cataclismo financiero en México.
De que hay gato-encerrado en aquella transacción pareciera confirmarlo el hecho que el presidente Varela rehusa hacer públicas las actas del Gabinete que documentan su aprobación de aquella irregularidad.