La situación económica nacional
por el Movimiento Independiente de Refundación Nacional (MIREN)
La publicidad generada en torno a los papeles de Mossack y Fonseca (M&F) anuncia la crisis terminal del modelo de crecimiento económico panameño. El modelo neoliberal impuesto por EEUU, después de la invasión militar norteamericana de 2009, llegó a su fin. El arquitecto local de la política de privatizaciones, desregulación y flexibilización del trabajo, en los últimos años del siglo pasado, Guillermo Chapman, recientemente declaró que el modelo estaba agotado y había que buscar uno nuevo.
Chapman fue el primer ministro de Economía y Finanzas (MEF), cuando el presidente Pérez Balladares descartó el antiguo Ministro de Política y Planificación (MIPPE).
Tanto el escándalo de M&F como las acusaciones de EEUU contra el Grupo Waked han generado graves preocupaciones entre los rentistas y especuladores (oligarquía o burguesía) panameños. En este momento han optado por plantear dos caminos en forma simultánea. Por un lado, encontrar un terreno sobre el cual pueden negociar con EEUU absorbiendo las pérdidas que demanda Washington. Por el otro, ‘ajustar’ el modelo de crecimiento económico, sacrificando los sectores más vulnerables.
Un elemento importante en la crisis que sacude los cimientos de la confianza en el modelo económico-político, es la ausencia del gobierno del presidente Varela. Su equipo económico parece no entender la esencia política de la situación. Tampoco hace propuestas. Se limita a preparar la inauguración pomposa del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá.
Sectores de la burguesía llaman a la unidad nacional. Al contrario, el MIREN llama a la rendición de cuentas. ¿Quiénes – además de los gobiernos de turno – son los responsables de la política errática de los dueños de los bancos y de quienes manejan las finanzas del país? ¿Hay que esperar el colapso del centro ‘financiero’ panameño para comenzar a hacer las preguntas pertinentes?
La oligarquía ha demostrado su incapacidad para gobernar el país. Es el momento para iniciar un ‘cambio de modelo’ a fondo y no ajustes cosméticos.
El MIREN propone darle a las riquezas panameñas el uso más racional para el bienestar de todos los sectores del país. Nuestro recurso más importante que es la población hay que ponerla a trabajar productivamente. A nuestro recurso material clave, que es nuestra posición geográfica, hay que ponerla al servicio del país. El Canal de Panamá, que representa ingresos que superan los dos mil millones de dólares al año, es la fuente que permitiría a Panamá impulsar un plan de desarrollo que cubra la totalidad de la geografía nacional.
Panamá necesita un gobierno como el que ofrece el MIREN, que pueda identificar nuestras ventajas, sumar a todos los panameños e iniciar un camino que le permita a la ciudadanía disfrutar de los esfuerzos de su trabajo.
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