Transparencia y democracia en Panamá
por Marco A. Gandásegui, hijo
En Panamá, la clase dominante, los partidos políticos y los medios de comunicación reducen la democracia a las elecciones que se realizan cada cinco años desde hace más de tres décadas. Hay que aclarar que los partidos políticos inscritos y los medios de comunicación de circulación masiva son propiedad de la clase dominante. La democracia, entonces, queda reducida a la libertad de expresión de este pequeño segmento de la sociedad panameña.
Igualmente, la transparencia (en el lenguaje de los políticos) se refiere al hecho que todos los actos públicos deben ser de conocimiento exclusivo del círculo que conforma la clase dominante. Es parte de la fórmula clásica que se refiere al mercado libre. Para que ésta exista, todos los que participan deben estar plenamente informados de ‘la oferta y la demanda’. Este juego que debe desenvolverse sobre un terreno equitativo, donde todos conocen las reglas, no se aplica a escala mundial y menos en el caso de Panamá.
Un ejemplo reciente es la renuncia del renombrado economista Joseph Stiglitz de la Comisión Independiente de Expertos (creada por el gobierno panameño) quien pretendía destapar la falta de transparencia en las prácticas financieras del centro bancario y otras operaciones. Lo que se quiere tapar, según los comisionados, va desde el lavado de dinero hasta “los círculos de prostitución infantil”. La salida de Stiglitz no extraña. Lo que sí fue muy raro fue su selección para formar parte de la Comisión. El premio Nóbel de Economía, en realidad, está más interesado en conocer las irregularidades del sistema financiero norteamericano y los ‘paraísos fiscales’ que operan en ese país.
Los problemas endémicos de Panamá en torno a su raquítica democracia y falta de transparencia serán objeto de análisis en el XV Congreso Nacional de Sociología que se realizará en la Universidad de Panamá del 24 al 26 de agosto. En la inauguración, han sido invitados para disertar el presidente de Transparencia Internacional (Capítulo Panamá), Carlos Gasnell, hijo, el sociólogo Enoch Adames, del Programa FLACSO Panamá, y la diputada Ana Matilde Gómez. Cada uno de ellos abordará el tema central del Congreso, “Transparencia y democracia en Panamá en el siglo XXI”, desde una perspectiva diferente. La pregunta no es si el sistema montado después de la invasión militar norteamericana colapsó. Más bien, la interrogante es qué transformaciones son necesarias para que se pueda encaminar el país hacia una democracia que goce de transparencia.
El Congreso también contará con mesas de trabajo que enfocarán la crisis política de Panamá. El profesor Roberto Arosemena J. propondrá “una fórmula para detener la corrupción y exigir rendición de cuentas. El ciudadano es el custodio y el garante del buen gobierno. En esto consiste el salto de la democracia representativa a la participativa”. Desde una perspectiva de la juventud panameña, el estudiante de Sociología, Mario de León, planteará que en los últimos lustros de “post- invasión”, quienes manejan el discurso que auguraba el inicio de la democracia y la participación de todos, ha visto como “la juventud se ha distanciado de ese discurso y de la participación que se predicaba”.
En otra mesa, la profesora Briseida Allard analizará el escándalo de los ‘papeles’ de Mossack-Fonseca y su impacto sobre el sistema político panameño. En la mesa sobre participación política, el antropólogo, Francisco Herrerra, enfrentará lo que llama “los procesos de aculturación” de los pueblos indígenas que contribuyen a “la pérdida de identidad cultural e histórica”. El sociólogo Harry Brown descompondrá los resultados electorales de 2014 y describirá sus resultados. Según este estudioso, “el análisis de la fragmentación del voto, de la transferencia de los votos y la competitividad de las elecciones, (permite) concluir que el sistema de partidos panameño ha perfeccionado su re-alineamiento”.
Desde Cracovia, el papa Francisco envió a los sociólogos y a todos los panameños un mensaje pensando en el futuro político. A los jóvenes del mundo, les dijo que para pensar en el futuro, hay que “tener memoria… Hay que preguntarse de dónde vengo, (tener) memoria de mi pueblo, de mi familia, de toda mi historia”. Si el joven “es esperanza para el futuro y tiene memoria del pasado, ¿qué tiene que hacer en el presente? Tener coraje. Ser valientes. No asustarse”. El papa concluyó diciendo que “no sé si voy a estar en Panamá (en 2019), pero si sé que les vamos a preguntar si hablaron con los abuelos”.
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