El Caribe está estresado pero el programa de
monitoreo de 30 años muestra que hay esperanza
por el Instituto Smithsonian de Investigación Tropical (STRI)
Algunas 2.5 mil millones de personas en el mundo, el 40 por ciento de la población total, viven en ciudades y pueblos costeros. Un equipo que incluye a biólogos marinos del Smithsonian acaba de publicar 30 años de datos sobre la salud de las costas del Caribe, recopilados gracias al Programa de Productividad del Mar Costero del Caribe (CARICOMP). El estudio proporciona nuevos conocimientos sobre la influencia de los factores estresantes locales y globales en la cuenca y algunos esperan que los cambios observados se puedan revertir con apoyo de una gestión ambiental local.
Siendo el programa más grande y duradero para el monitoreo la salud de los ecosistemas costeros del Caribe, CARICOMP reveló que la calidad del agua disminuyó en el 42 por ciento de las estaciones de monitoreo ubicadas a lo largo de la cuenca. Sin embargo, en ningun sitio se detectó un aumento significativo en la temperatura del agua, resultado esperado en el caso de un calentamiento global.
“Estamos observando cambios importantes en las condiciones locales, como la disminución de la visibilidad, asociada con la disminución de la calidad del agua y la creciente presencia de personas”, comentó Iliana Chollett, becaria postdoctoral en el Smithsonian Marine Conservation Program en Fort Pierce, Florida, “pero no estamos recogiendo datos de cambios a escala global, como indicaría el calentamiento del clima”.
“Nuestro conjunto de datos no reveló aumentos significativos en la temperatura del agua”, comentó Chollett. “Los satélites solo miden la temperatura en la superficie. Las temperaturas bajo el agua son mucho más variables, y puede tomar décadas de datos para revelar un cambio significativo, por lo que no estamos seguros si esto significa que aún no tenemos suficientes datos para detectarlo”.
Hace casi 30 años, en 1992, investigadores de instituciones de todo el Caribe comenzaron a establecer estaciones para recopilar datos ambientales sobre manglares, praderas marinas y arrecifes de coral en sitios costeros. Comenzaron a tomar mediciones semanales de la temperatura del agua, la salinidad y la visibilidad en estaciones cuidadosamente ubicadas para evitar la interferencia directa de ciudades, pueblos y otros impactos humanos directos.
El equipo recopiló datos de CARICOMP de 29 sitios en Barbados, Belice, Bermudas, Bonaire, Colombia, Costa Rica, Jamaica, México, Panamá, Puerto Rico, Saba, Florida y Venezuela y los organizó en un solo conjunto de datos. Esto incluye datos tomados por períodos de 3 años en estaciones agregadas a la red más recientemente, hasta datos tomados en otras estaciones hace ya 22 años.
A pesar de los intentos de localizar sitios de monitoreo en lugares que no se ven afectados por las actividades humanas, las estaciones están captando señales de la influencia humana en toda la cuenca del Caribe.
“Una implicación positiva de este informe es que las personas son capaces de lidiar con el cambio local, regulando la contaminación y la escorrentía”, comentó Rachel Collin, directora de la Estación de Investigación del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Bocas del Toro, una de las estaciones de monitoreo marino participantes. “Si las personas actúan juntas muy pronto, todavía hay esperanzas de revertir algunos de estos cambios”.
La Fundación MacArthur, la Iniciativa de Arrecifes de Coral del Departamento de Estado de EE. UU., La UNESCO y la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU respaldaron la red de CARICOMP al igual que las instituciones individuales que administran las estaciones de monitoreo.
Instituciones participantes en este estudio:
Smithsonian Marine Station, Florida, EEUU; Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, Panamá; Universidad Simón Bolivar, Venezuela; Instituto de Tecnología de Massachusetts; Universidad de las Indias Occidentales, Jamaica; Universidad Nacional Autónoma de México; Oficina de Asuntos Insulares, Washington, DC, EEUU; Universidad de las Indias Occidentales, Barbados; Global Change Institute, Australia; Universidad de Puerto Rico, EEUU; Universidad de las Indias Occidentales, Trinidad y Tobago; Dirección de Medio Ambiente y Economía, RU; Brewster Academy, EEUU; American University of Sharja, EEAAUU.; Departamento de Medio Ambiente, Gran Caimán; Bangor University, RU; Universidad de Trinidad y Tobago, Trinidad y Tobago; El Museo y Zoológico del Acuario de Bermudas, Bermudas; American Bird Conservancy, EEUU, Universidad de Costa Rica.
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