Comentarios al ensayo de Alfredo Castillero Calvo
sobre la Independencia del Istmo de España
por Olmedo Beluche
Alfredo Castillero Calvo es el historiador que nos ha permitido conocer profundamente el período colonial español en el Istmo de Panamá. Su abundante obra, que no ha parado de enriquecerse a lo largo de 60 años continuos de trabajo, es una referencia obligada para comprender los trescientos años de conquista y colonización española en lo que ahora conocemos como Panamá. Castillero ha estudiado profundamente todos los ángulos de aquella etapa histórica: la económica, la política, la social y la cultural.
En el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de España, es obligante para quien desee conocer los hechos que rodearon la proclama del 28 de Noviembre en la ciudad de Panamá, leer el ensayo de Alfredo Castillero C. titulado: “Fundamentos Económicos y Sociales de la Independencia de 1821” (Castillero Calvo, 1960).
Como indica el propio título el objetivo de Castillero con este ensayo es establecer los fundamentos económicos y sociales de la independencia, realizado desde un enfoque metodológico novedoso para aquella época en nuestro país y acorde a los criterios del “materialismo histórico”, al decir de Fernando Aparicio (Aparicio, 2004), o, tal vez también se le puede ver bajo las influencias de la Escuela de los Annales. Castillero divide su ensayo en dos partes: fundamento económico y fundamento social.
Vicisitudes del auge comercial por el Istmo de Panamá
En la primera parte, Castillero hace un recuento de cómo las reformas borbónicas del siglo XVIII liquidaron la economía comercial que se había forjado en el Istmo de Panamá durante el período colonial. Lo cual produjo una crisis profunda el modelo económico y social que había prevalecido hasta entonces. Para estimular el comercio en el conjunto del Imperio, la monarquía española desactivó el sistema de galeones y ferias, desarticulando el monopolio Lima-Panamá-Portobelo-Cartagena-La Habana-Cádiz y viceversa.
En el siglo XVIII se permitió el establecimiento de empresas comerciales que tenían sus propios barcos, incluso de compañías inglesas (Tratado de Utrecht de 1713), además del comercio directo con diversas ciudades del norte de España, quitándole a Cádiz el control absoluto. La forma más acabada de esta nueva legislación comercial la dio el Reglamento de Comercio Libre de 1778. Pero la ruta por Panamá había quedado en crisis desde mucho antes, tal vez desde 1670-71, después del ataque de Morgan, y ya para 1730 se realizó la última feria de Portobelo, cerrando el ciclo el ataque de Vernon a ese puerto en el año 1739.
Dice Castillero que la agonía del tránsito por el eje Panamá-Portobelo produjo la migración de los comerciantes: unos a otras zonas más prósperas del imperio, otros a la zona rural del Istmo dando nacimiento al latifundio “interiorano”, pero ya no de las haciendas ganaderas que proveían la zona de tránsito, en especial en época de ferias, sino a una economía estancada de subsistencia local.
Este estancamiento económico del Istmo se extiende a lo largo del siglo XVIII y va a durar hasta la primera década del siglo XIX. A partir de 1810, gracias a las guerras de independencia, volverá a haber un renacimiento del tránsito por Panamá hacia Lima, eje que se mantuvo leal a la Corona, mientras que Buenos Aires y Cartagena, y otras ciudades que podían competir comercialmente se sumaron al campo rebelde. Este recuperado auge comercial con España fue poderoso y se vio reforzado con el contrabando proveniente de Jamaica, con los ingleses, dando lugar a una etapa de bonanza en el Istmo por la cual resurgió una clase comercial pujante aquí.
Los sujetos sociales de la Independencia
En la segunda parte, dedicada al “fundamento social” de la Independencia, Castillero describe el surgimiento de los sujetos sociales actuantes en la coyuntura: la aristocracia feudal, la burguesía comercial y el “pueblo”.
Además, establece una de las primeras definiciones del “transitismo” como concepto básico para comprender el papel del Istmo de Panamá en la división internacional del trabajo. Castillero no pretende ser autor del concepto, como algunos han querido afirmar con posterioridad, sino que “historiadores, sociólogos y pensadores han coincidido, en destacar la peculiaridad “transitista” de esa realidad” (pág. 26).
Aquí el concepto está en contraposición al desarrollo agrario del Istmo y al latifundio autosubsistente que surgió a lo largo del siglo XVIII, para afirmar que la “mentalidad aristocratizante” (conservadora políticamente hablando), no encontró nunca mucho asidero en el país, y la aristocracia terrateniente siempre mantuvo vínculos con la actividad comercial. Por esa razón, en el trance de la independencia la aristocracia “feudal” cede el protagonismo a la burguesía comercial.
Para Castillero Calvo es la burguesía comercial el actor social central de la Independencia del Istmo, y ésta deviene en clase con conciencia (“en sí”) de sus intereses cuando, el 17 de agosto de 1810, elige a sus representantes a las Cortes de Cádiz: José Joaquín Ortiz y Juan José Cabarcas. A estos representantes el Ayuntamiento de la ciudad de Panamá les encomienda luchar por: “franquicias comerciales y de inmigración, el restablecimiento de las antiguas ferias y, para su capital el fomento de la vida educativa” (Pág. 32).
Según Castillero, la lealtad a la Corona de los comerciantes istmeños duraría mientras se mantuviera el estímulo al comercio por nuestra zona de tránsito. La cual recibió un duro golpe cuando, en junio de 1814, desde Madrid se revocó el decreto sobre comercio libre restableciendo el monopolio gaditano. Lo cual habría supuestamente convencido a estos comerciantes de la necesidad de la Independencia (Pág. 36), aunque siguieron siendo bastante cuidadosos a decir de Mariano Arosemena (Arosemena, 1949).
Nuestro historiador opina que la motivación del criollismo comerciante istmeño por la independencia no nació del apego a doctrinas abstractas de corte ilustrado o liberal, cuya posible influencia no niega, pero establece que lo principal eran sus intereses materiales concretos.
Respecto del “pueblo”, lo primero que llama la atención es que Castillero no se detiene en la Gesta del 10 de Noviembre de 1821 en La Villa de Los Santos, salvo un pie de página, en base al criterio de Mariano Arosemena, que le resta importancia histórica. Restringe el concepto pueblo a los habitantes del “arrabal” o las “castas”, como se les llamaba. Y considera que la cautela con que actuaron los comerciantes de la ciudad de Panamá fue por temor a una insurrección de “los negros”, a decir de un visitante de la época (Gaspar Mollien) (Pág. 40).
En conclusión, para Alfredo Castillero C. la burguesía comercial istmeña es la real protagonista del 28 de Noviembre, al conseguir con inteligencia y artimañas propias de su clase la independencia incruenta (cita al general Montilla: “no puede negarse que Panamá es un país de comerciantes: ha sabido evitar los horrores de la guerra, especulando a buena hora su independencia”), con lo cual establece su “realidad colectiva; la clara conciencia de su misión histórica como clase social; y sobre todo, es una anticipación de lo que el nuevo hombre panameño será capaz de realizar durante el siglo XIX” (Pág. 43).
Comentarios al ensayo de Castillero Calvo
- Este ensayo tiene un peso importante en la historiografía panameña porque constituye una superación de los enfoques anecdóticos (Aparicio, 2004) y positivistas que habían prevalecido, e inaugura en Panamá una forma de hacer historia indagando en las causas sociales y económicas profundas que explican los acontecimientos.}
- Su fortaleza está en precisar la evolución de la actividad económica en el Istmo y los agentes sociales que van a protagonizar la Independencia de España, más que nada a la que define como protagonista: la burguesía comercial de la zona transístmica.
- Pero hay un flanco débil: si bien se establece la relación de la actividad comercial con lo que pasaba a lo largo del imperio, con las reformas borbónicas y con la posterior guerra de independencia; el análisis se concentra en lo local sin relacionar estrechamente la evolución en el tiempo de lo que pasaba aquí con lo que sucedía en otras partes del imperio, en especial en lo que fue el virreinato de la Nueva Granada, de la que el Istmo era parte.
- Por ejemplo: la crisis económica del Istmo en el siglo XVIII, producida como señala Castillero por la eliminación del sistema de ferias y galeones, tiene su razón en la crisis de la monarquía y sus necesidades de fomentar el comercio y aumentar la recaudación fiscal para tapar sus déficits; a esa necesidad obedeció el Reglamento de Comercio Libre de 1778, debilitando a sectores tradicionales que monopolizaban el comercio, como Lima y Panamá, fortaleciendo a Buenos Aires, Caracas y otras ciudades (que irónicamente pasarían a ser vanguardia de la ruptura del orden colonial); la derogación de este decreto, en 1814 está asociada a la restauración en el trono de Fernando VII y su afán por reestablecer el control acabando con todas las reformas, en el marco de un lustro posterior (1814-1819) en el que salvo pequeños bolsones de resistencia, los sectores insurrectos habían sido derrotados en todos lados, salvo Buenos Aires; los vaivenes de la guerra y de los acontecimientos en Panamá están íntimamente ligados, no habría habido proclama del 28 de Noviembre en Panamá, sin la previa sublevación de Riego y Quiroga en España; sin las victorias de Boyacá y Carabobo; sin las independencias previas de Nueva España y la Capitanía de Guatemala, etc. Es decir, la fortaleza y habilidad de la burguesía panameña por sí misma no habría roto la situación colonial. Mucho menos porque ésta estuvo a la retaguardia del proceso revolucionario.
- Las guerras civiles que convergieron en la Independencia Hispanoamericana fueron acontecimientos que evolucionaron a escala internacional y continental, no fueron procesos “nacionales”, en el sentido de las naciones que nacieron al final, y desde las que ahora se reescriben los hechos con un criterio teleológico para darles un sentido de “nacionalismo romántico” (Pulido Ritter, 2008).
- El conjunto del artículo parece obedecer a la lógica que ha prevalecido en la corriente principal de la historiografía panameña: ya en 1821 existe una burguesía “nacional” de carácter comercial que va a bregar a lo largo del siglo XIX por la constitución de un estado nacional “independiente” con vocación transitista. Hablando de las actas de 1831 y 1840, Castillero dice: “… ambos separatismos fueron obra de un grupo circunscrito: la minoría liberal mercantil de la Zona… la Capital funge como única intérprete y vocera de la nacionalidad…” (Pág. 30).
- Por esa razón los dos artículos siguientes de Castillero, que apuntan en el mismo sentido, publicados a lo largo de 1961, son “El movimiento anseatista de 1821: primera tentativa autonomista de los istmeños después de la anexión a Colombia” y “El movimiento de 1830” (Aparicio, 2004).
- Parece que hay un cierto grado idealización de la burguesía comercial istmeña: primero al presentar la recuperación económica extraordinaria, después de un siglo de decadencia, siendo que fue un período de menos de cuatro años (1810-1814); el Panamá sumido en la parálisis económica, que describe en el siglo XVIII (“fundamento económico”), está tan débil que es incapaz de formar un estado nación independiente, pero la milagrosa recuperación (respecto de la cual casi no se aportan datos) parece apuntar en el sentido opuesto, de donde sale el mito de la “unión voluntaria” a Colombia. En realidad el Istmo ya era parte de esa entidad política (virreinato de la Nueva Granada) por ende se siguió el curso lógico que los hechos imponían.
- Hay idealización cuando dice respecto de los comerciantes istmeños: “Por ello, si su respuesta a la insurrección americana comenzó por un voto de lealtad a la Corona, éste fue válido solo mientras la metrópoli pudiera garantizar al alto Comercio del Istmo la seguridad de sus posiciones adquiridas” (Pág. 33). En realidad, la guerra de independencia se dividió entre las ciudades que aspiraban al mantenimiento del monopolio comercial previo a las reformas borbónicas y las que, gracias a ellas, habían iniciado un cada vez más próspero negocio con los ingleses y aspiraban a mayores aperturas comerciales. Panamá se ubicó junto con Lima y Santa Marta, entre otras, como las más leales a la Corona, aspirando al retorno del viejo orden colonial.
- También existe un problema cuando en la página 32 señala la sesión del Ayuntamiento, de agosto de 1810, en que se elige la representación del Istmo a las Cortes de Cádiz, proceso que se dio en toda la América Española, en la que se recogieron las demandas de los comerciantes istmeños (al igual que en las otras regiones), con la elección del cura Juan José Cabarcas, y que expresa “no sólo la clara noción de la función transitista del Istmo sino, y sobre todo, el grado de desarrollo que había alcanzado ya la conciencia criolla pre-independentista”. Pero resulta que el señor Cabarcas, lejos de expresar a los sectores modernizantes del criollismo (liberales) era férreamente conservador, contrario a la independencia y leal a la Corona. El propio Castillero lo dice en un artículo posterior dedicado a este personaje, que no solo escribió una “Proclama” contra la independencia, sino que financió soldados para combatirla, por lo cual recibió de Fernando VII un reconocimiento en 1816 y temió que al volver a Colombia tras la independencia de 1821 se tomaran represalias contra él (Castillero Calvo, s/f).
- Lo irónico es que la independencia se produce en el momento en que en Madrid ha surgido un gobierno liberal, que implementa la puesta en práctica de la Constitución de Cádiz y obliga a Fernando VII a renunciar al absolutismo por una monarquía con poderes retaceados. En algunas partes de América, los políticos radicales aprovecharon las circunstancias para concretar la ofensiva final de la independencia, como fue el caso de Bolívar en Nueva Granda y Venezuela; en otros, como en Nueva España (México), las élites coloniales preferían la independencia a someterse a las reformas liberales de Madrid. ¿En cuál de esos extremos colocar a la burguesía comercial istmeña? ¿Tal vez su pragmatismo les movió a actuar antes de que el escenario de la guerra civil llegara a las costas del Istmo?
- Lo más llamativo del ensayo de Alfredo Castillero Calvo es su omisión completa del Grito de la Villa de Los Santo del 10 de Noviembre de 1810. Sin duda La Villa hace sombra a la proclama de los comerciantes del 28 de Noviembre en Panamá. Ciertamente la lectura de la obra de Mariano Arosemena, que sirve de base al análisis de Castillero, deja ver la pusilanimidad de los comerciantes de la capital frente al acto arriesgado y heroico de los campesinos santeños. El actor decisivo de la independencia de España en el Istmo de Panamá es el pequeño propietario agrario de la región central que luego de la última leva y decomiso de cosechas del general Murgeon, se subleva, proclama la ruptura con el sistema colonial y envía emisarios a Bolívar para que envíe tropas de apoyo. La Villa es la que impone la ruptura y obliga a los timoratos comerciantes de Panamá a hacer lo mismo o padecer la guerra civil.
- Respecto al concepto de “pueblo” nos parece que el problema estaba en la debilidad numérica y social de ese pre proletariado que eran los artesanos, en Panamá, en parte por la decadencia económica que se describe en la primera parte del ensayo, y que jugaron un papel decisivo y radical en otras ciudades, como en Bogotá, encabezados por J. M. Carbonell en 1810 y posteriormente por Nariño (Beluche, 2012).
- Lo cual nos lleva al problema metodológico ya señalado, que en cierta forma afecta a este ensayo y en general a la historiografía panameña: analizar la historia del Istmo de Panamá desarticulada de la historia general de la que hace parte y que explica las coyunturas locales: en 1821, apenas se describe superficialmente los momentos de la crisis y descomposición del imperio colonial español que determinaron los hechos de noviembre aquí en Panamá; a lo largo del siglo XIX, se desgaja de la historia de la Nueva Granada o Colombia. Este enfoque localista o “nacionalista” impide a nuestro juicio la cabal comprensión de los acontecimientos, quedando estos reducidos a la teleología de que todos los hechos anteriores llevaban a la creación de la república “independiente” en 1903. Justificando, con un método supuestamente materialista lo que Belisario Porras en su momento llamó “la venta del Istmo”. Es decir, inaugurando la “versión ecléctica” de la interpretación del Panamá decimonónico y de la separación de Colombia (Beluche, 2003).
- Finalmente, es preciso aclarar que estas reflexiones se circunscriben al artículo de Alfredo Castillero Calvo de 1960 y publicado en el número 1 de la Revista Tareas. Luego de escritos estos comentarios, apareció el último libro de Castillero titulado “1821. La independencia de Panamá de España y su época” (Calvo, 2021). En este libro Castillero corrige la omisión respecto a los acontecimientos de La Villa del 10 de noviembre de 1821, pero el tono general de la obra sostiene los argumentos de su primer ensayo, por lo cual consideramos que siguen siendo válidos nuestros comentarios.
El Cabildo Abierto, como lo vieron las “mejores familias” de Ciudad de Panamá en su momento.
Bibliografía
Aparicio, F. (septiembre-diciembre de 2004). Contribución historiográfica de Alfredo Castillero Calvo: La visión de la historia y la misión del historiador. Obtenido de CLACSO. CELA. Tareas No. 118: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/libros/tar118/apa.rtf
Arosemena, M. (1949). Apuntamientos históricos (1801-1840). Panamá: Publiaciones del Ministerio de Educación.
Beluche, O. (2003). La verdadera historia de la separación de 1903. Reflexiones en torno al Centenario. Panamá: ARTICSA.
Beluche, O. (2012). Independencia hispanoamericana y lucha de clases. Panamá: Portobelo.
Calvo, A. C. (2021). 1821. La independencia de Panamá de España y su época. Panamá: Editora Novo Art, S. A.
Castillero Calvo, A. (octubre de 1960). Fundamentos Económicos y Sociales de la Independencia de 1821. Obtenido de CLACSO, CELA, Tareas (No. 1=: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar//Panama/cela/201105112608/articulo1.pdf
Castillero Calvo, A. (s/f). Juan José Cabarcas González y Argüelles – Biografía. Obtenido de Real Academia de la Historia de España: http://dbe.rah.es/biografias/78824/juan-jose-cabarcas-gonzalez-y-arguelles
Pulido Ritter, L. (2008). Filosofía de la nación romántica. Panamá: Mariano Arosemena.
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