Para ponerlo en perspectiva, hemos tenido varios gobiernos malos. Foto de dos delincuentes condenados, por una Presidencia anterior.
Se acaba el gobierno más corrupto, inepto e incapaz
por el Movimiento Democrático Popular
Faltan escasas horas para que se acabe la larga noche oscura del quinquenio del gobierno de Laurentino Cortizo y Gabriel Carrizo. Se trata, a no dudarlo, del gobierno más corrupto, inepto e incapaz de toda nuestra historia republicana. No en vano los electores los repudiaron como si fuesen portadores de la peste más contagiosa y mortífera: siendo Carrizo el candidato a la presidencia del PRD, el partido más grande de nuestra historia electoral, con sus casi 700,000 miembros, solo pudo obtener 132,897 votos, ocupando el sexto lugar de los ocho candidatos que se presentaron, pese al derroche multimillonario de dineros públicos con los que pensaron que era posible limpiar las úlceras de corrupción que afeaban su candidatura. Una sola candidata de su partido, que lo hizo por libre postulación, obtuvo 149,409 votos, 16,512 más que el candidato de la hipócrita y cínica sonrisa.
¿Cómo entender tan catastrófica derrota que ha convertido al PRD en un mendigo de la política, condenado a partir de ahora a ser un parásito electoral de cualquier otro partido tradicional al que tendrá que suplicar sumársele para obtener una limosna de corrupción? Un somero repaso a la herencia que nos han dejado resulta ser una explicación más que suficiente.
No se trata tan solo de la generalizada corrupción que caracterizó al gobierno saliente, se trata de que robaban mientras miles de panameños morían por causa del virus. Robaban en la compra de respiradores, mascarillas, bolsas de comida, auxilios económicos, construcción de hospitales para la urgencia epidémica, etc. Esta actividad de descarada corrupción se transformó en un hecho criminal imperdonable.
La Asamblea Nacional se ha engullido mil millones de balboas en los cinco años de su funcionamiento, cuando dicho organismo ha podido funcionar en ese mismo período con 300 millones. Es decir, Nito, Gaby y Alexander le regalaron a la Asamblea el costo del Hospital Oncológico, 700 millones de balboas que fueron a parar al bolsillo insaciable de los corruptos diputados, que constituyen a juicio de un analista político “el lado oscuro de la fuerza”.
151,000 millones de balboas han sumado los presupuestos de este quinquenio maldito, y los panameños continúan sin tener agua en sus barriadas, pese a ser Panamá uno de los ocho países de mayor riqueza hídrica del mundo. Pudo más la ambición y el miedo político, por el tamaño de sus fechorías, que dotar de agua suficiente al Canal y a los ciudadanos, lo que impulsó el millonario negocio corrupto de los “camiones cisterna”, y llevó además a que el país dejara de percibir millonarias sumas por la restricción del paso de barcos por la vía interoceánica, lo que se tradujo en menos servicios de salud y de educación, entre otros muchos servicios públicos. Esa carencia absoluta o parcial del llamado por los panameños “el vital líquido”, constituye otro crimen imperdonable.
La espantosa crisis humanitaria y ambiental de la emigración por la frontera entre Colombia y Panamá, producto de la hambruna y la falta de esperanzas de millones de empobrecidos por las políticas neoliberales imperantes en la mayor parte del Continente, así como de dictaduras burocráticas autodefinidas falsamente como de “izquierdas”, ha sido un pavoroso ejemplo más de la naturaleza putrefacta del gobierno del nunca jamás volverán: un protocolo de acuerdo para frenar dicha marea de emigrantes resulta ser que estaba en manos del gobierno desde hace meses sin firmar. ¿Qué explica tamaña canallada? Frenar la migración incontrolada afectaría el corrupto negociado del control por el gobierno saliente de las líneas de autobuses que los transportaba hasta la frontera con Costa Rica.
Y qué decir de la estrellada “estrella de la educación”, tal como fue caracterizada por los cínicos de los que se van y no volverán. La Defensoría del Pueblo inspeccionó el pasado 22 de mayo 450 centros educativos, encontrando que el 91% de ellos presentaban gravísimos problemas de infraestructura, de agua potable y electricidad. Por otra parte, el 70% de las escuelas denominadas bilingües no cuentan con profesores o maestros de inglés nombrados. Y las “escuelas rancho”, ubicadas preferentemente pero no únicamente en las Comarcas, se mantienen como símbolo indeleble e inolvidable del desprecio del gobierno Cortizo-Carrizo por nuestras poblaciones indígenas, cuyos escolares, entre otros riesgos, en travesías por ríos sin puentes ni pasos seguros para cruzarlos de camino a sus hogares o a la escuela, han perdido hasta su vida.
Hablar de la salud inexistente, o de la protección a los oligopolios de los medicamentos, que resultan por ello ser los más caros del Continente, es innecesario dado el sufrimiento agónico de centenares de miles de panameños. Igual podríamos decir de la corrupción e ineptitud del Ministerio de Obras Públicas, en cinco años ha sido incapaz de iniciar siquiera la construcción del túnel que hará posible la línea 3 del Metro, o iniciar la construcción del cuarto puente sobre el Canal.
Esta es la espantosa herencia de hambre y miseria que nos dejan los que quisieron imponernos el inconstitucional contrato con la minera First Quantum, con el único propósito de satisfacer sus inconfesables intereses económicos. El pueblo en la calle los derrotó. Esos ¡Nunca jamás volverán!
Contact us by email at / Contáctanos por correo electrónico a thepanamanews@gmail.com
To fend off hackers, organized trolls and other online vandalism, our website comments feature is switched off. Instead, come to our Facebook page to join in the discussion.
Para defendernos de los piratas informáticos, los trolls organizados y otros actos de vandalismo en línea, la función de comentarios de nuestro sitio web está desactivada. En cambio, ven a nuestra página de Facebook para unirte a la discusión.
~ ~ ~
These announcements are interactive. Click on them for more information.
Estos anuncios son interactivos. Toque en ellos para seguir a las páginas de web.