Tufillo de corrupción
por Kevin Harrington
La reciente reducción de pena al periodista holandés Okke Orrnstein recuerda el caso de Rosie Simms –periodísta científica canadiense que divulgó el maltrato a indígenas panameños, por mineras canadienses en Petaquilla.
Los reportajes de Orrnstein lograron retirar el socio holandés del consorcio que financia la (misteriosa) hidroeléctrica Barro Blanco.
Orrnstein también se opone a Petaquilla….
Ambos periodistas reflejan el terror a la transparencia, que caracteriza al régimen que nos gobierna –tanto en su versión original, como en su actual re-edición….
El 20 de enero 2012 la señorita Simms fue detenida en Tocúmen por Migración, por considerar que su propuesta colaboración en un documental de la CBC sería “un riesgo a la seguridad nacional”.
El habeas corpus interpuesto inmediatamente, TARDÓ CUATRO AÑOS en declarar que la canadiense de 24 años realmente no constituía tal peligro. Como canciller de la época, el hoy presidente de la República ha de saber cómo, a las pocas horas de su detención, Simms pudo retornar al Canadá con un caso pendiente ante un Órgano Judicial presuntamente “autónomo”….
Hoy, ya conforme a sus atribuciones legales, don Juan Carlos Varela redujo la pena de Orrnstein –porque se lo exigió en su discurso de apertura de la Conferencia Anti-Corrupción “caiga quien caiga” don José Ugaz.
Huelga decir que la condena de Orrnstein por calumnia e injuria habría sido solicitada por abogados de alto perfil en el Partido Panameñísta reinante.
Ambos casos corroboran que, en la mal-llamada “república” de Panamá, los cambios significativos llegan desde fuera. Y que nuestro Estado de derecho no es más que (otra) ficción jurídica…
Subrayan además cómo la auto-censura del periodismo local demora aún más nuestro (urgente) desarrollo integral.
Así las cosas, resulta fácil entender qué pasó en el (vergonzoso) Caso Waked.
“Para muestra, un botón.”
Los medios locales TODOS han acallado la noticia traída al tapete por la mentada Estrella de Panamá.
Según la Decána, fue el representante personal del presidente Varela ante su aliado en Washington quien interpuso formal denuncia por (supuesta) extorsión de parte del director de un medio digital. Ello lo mantiene desde hace meses con sus huesos en la cárcel El Renacer, mientras los tiempos de la “Justicia” se mueven al paso de la procesión de Taboga, como suele suceder cuando se trata de un clásico “incidente confuso”, donde la realidad choca con el Poder y/o Don Dinero.
Ni La Estrella le dio seguimiento a su inusual primicia.
Ello, a pesar que el caso en su fondo se desvirtúa el debido proceso legal, que supondría proteger al periodismo de tales excesos de poder.
Pero aparentemente NINGÚN “comunicador” –ni quienes gozan de inmunidad legislativa– comparte que una “extorsión” al plenopotenciario en nuestro principal destino diplomático no fuera (ex oficio) del interés-público…. pese a que todos reclaman ese derecho a la información como su modus vivendi….
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